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En la fachada combinamos la piedra con el metal, en concreto el acero y el cobre.
El local es un gran pasillo, con uno de sus laterales empedrado, con el muro antiguo a la vista. Su color combina perfectamente con la madera utilizada. El mobiliario arranca de un gran zócalo de pequeñas piedras, seleccionadas especialmente para conjugarse con la pared. Los percheros salen de la piedra y se convierten en estructuras delicadas pero resistentes, que mantienen y exponen la ropa con pequeños gestos.
Aquí se puede ver cómo los percheros se orientan de manera que siguen la línea de la pared y se separan puntualmente para mostrar los productos que nos interesan. También se puede ver cómo se rectifica el muro lateral de mampostería, con un rodapié de roble avanzado, que contiene unas piedrecitas del color de la pared, haciendo que esta baje y avance por el suelo.