Los herederos de la finca contactaron con nosotros para obtener un Certificado Georreferenciado firmado y visado por un Ingeniero Topógrafo colegiado necesario para la inmatriculación de la finca en el Registro de la Propiedad y adquisición del bien ante el notario. Debido a la diferencia previsible entre superficies reales respecto de las de catastro la solución que propusimos en este caso pasó por una Georreferenciación de la parcela y sus inmuebles para la obtención del certificado por un lado y la gestión para la actualización catastral por otro garantizando la modificación favorable de la valoración catastral con el consecuente ahorro en el recibo del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). Analizamos el problema y propusimos la mejor solución para nuestros clientes con gran rápidez y un presupuesto ajustado procurándoles una reducción en el recibo del impuestos municipal que ha día de hoy habrá justificado ampliamente los honorarios de nuestro gabinete.
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