El proyecto, esencialmente, consta de un volumen principal de mayor escala, que corresponde al programa de auditorio y usos vinculados, al que se le adosa otro edificio (segunda fase) de menor escala que corresponde al resto de usos del centro cívico. El primero, el más representativo, se configura paralelo al límite oeste de la parcela generando un frente de fachada a Ronda Santa Olaya y dando así una respuesta definitiva y representativa a la ciudad. Esta opción propicia que el centro cívico se perciba como un proyecto “concluso” desde la primera fase y genera un control natural de los accesos peatonales. La segunda, se adosa a la primera en sus lados este y norte generando una serie de recortes que atienden, primero, a la necesidad de iluminar y ventilar adecuadamente todas las dependencias y, segundo, a la voluntad de separarnos de las medianeras construyendo un jardín perimetral y poniendo en valor las posibles perspectivas que posibilitan una trama de baja densidad como la de Cabezón de Pisuerga. El Auditorio por lo tanto cierra virtualmente la parcela. Su escala y formas son rotundas y generan el carácter de representatividad propios de un centro público que se convertirá en nodo cultural de la ciudad. La segunda fase ( oficinas ,zonas museísticas, aulas, y cafetería) es de menor escala, “juega” con las medianeras, se acerca y se aleja de ella, abre sus paramentos y busca relaciones con el jardín y con la trama urbana.
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