El proyecto se ubica en una encrucijada de caminos, veredas y frondosos árboles frente a una rambla. Aislado, resguardado del exterior, volcado hacia el corazón de la casa y hacia el lugar de esparcimiento, el jardín, desde donde ver sin ser visto.
La propuesta tiene como objetivos principales su adaptación a la orografía del terreno, las necesidades de los usuarios, su integración en el entorno, la sostenibilidad y el ahorro energético y el confort a través de la tradición y la vanguardia.
En el proyecto se desarrollan dos ámbitos, por un lado, en la planta baja, la vivienda gira en torno al patio [el corazón de luz] y el jardín [el recreo]. Por otro lado, en la planta semisótano, una zona de pasatiempo y almacén.
De este modo, la vivienda, que emerge esculpida del entorno, se convierte en ese lugar deseado, íntimo y cómodo, el hogar.
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