En este artículo
Un diálogo entre lo natural y lo artificial
La barra, elemento más importante del proyecto, se introduce
intencionadamente en una cavidad de hormigón de líneas rectas, creada en
contraste con las formas orgánicas de la cueva, pudiéndose cerrar
mediante un cerramiento trasparente.
Esta pieza, construida en vidrio, material en oposición a la pesadez y
opacidad de la roca, resalta del entorno gracias a su condición
retroiluminada, facilitando su ubicación al visitante desorientado.
Durante la noche la luminosidad que desprende la barra, ayudada de
luminarias indirectas que moldean las rocas de la cueva, es suficiente
para iluminar todo el espacio.
Se diseña en tonalidades verdes, en concordancia con el color
predominante de la naturaleza del entorno, por la gran cantidad de
vegetación que posee, generando así un nuevo diálogo natural-artificial.