En principio, el cliente quería cambiar un grifo, pero no salió como esperaba.
Tras quitar el grifo original, al tratar de poner el nuevo se partió la tubería, provocando una fuga que obligó a cortar el agua de parte de la vivienda.
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Este es el grifo que alguien intentó cambiar, y en la operación algo salió mal, y se rompió la tubería.
Pusieron ese tapón para evitar fugas mayores, pero seguía perdiendo agua por la parte de atrás.
Ese codo es la pieza que se había roto. Soplete en mano, la quitamos, y volvimos a soldar una pieza nueva.
Una vez soldado, se puso el grifo nuevo, y se hicieron las diferentes pruebas para asegurarnos cero fugas. Dado el visto bueno por el cliente, se recogió con mezcla, y se dejó así de bien, listo para pintar cuando se seque.