Todos los años debemos hacer una revisión general de algunos aspectos básicos de nuestra casa que no solo afectan a su estética, sino también al bienestar general de todos, y a nuestra economía. Estos son los 5 puntos que debes evaluar cada año para confirmar si tu casa goza de buena salud, o necesita algunas mejoras superficiales o profundas. Tomando buena nota y ponte manos a la obra para que no se devalúe y siga siendo una casa funcional y viva.
En este artículo
- Puertas y ventanas
- Sistema de calefacción
- Aire acondicionado
- Paredes y suelos
- Mantenimiento exterior de tu casa
Puertas y ventanas

Por seguridad y eficiencia nos interesa pegar un repaso todos los años a las puertas exteriores y ventanas de nuestra casa. De lo contrario, el consumo de energía se puede disparar (tanto en invierno como en verano), y con él, la temida factura. Una ventana buena, que además cierre bien, aislará tu casa correctamente del frío y calor, evitando un gasto innecesario. Las ventanas, además de por estética, se cambian para mejorar el aislamiento térmico y acústico, falta de iluminación natural, y cuestiones de seguridad al ser un punto sensible de tu casa. Puedes pegar un repaso a todas las ventanas y puertas exteriores después del invierno, para anticiparte así a los meses de calor. O al revés, antes de la llegada del frío. Tampoco estaría nada mal controlar todos los cierres antes de partir de vacaciones (aunque sea una simple escapadilla). Ya te decíamos arriba que es un tema de eficiencia y también de seguridad.
Sistema de calefacción

Hay que revisar los radiadores de toda la casa (y purgarlos) una vez al año. Seguro que ya tienes marcado en el calendario la fecha para la revisión anual de la caldera. Estupendo, no te la saltes. Pero además, si detectas que el agua hace un tiempo que no acaba de salir tan caliente como debería, o le cuesta llegar a las plantas de arriba, quizás sea momento de plantear un cambio de caldera por otra nueva más eficiente y segura. Como te imaginarás, cualquier reparación preventiva siempre es mejor que dejar que la instalación se deteriore del todo y nos salga bastante más caro. ¿Tienes chimenea? Antes de encenderla por primera vez en la temporada de frío hay que chequearla también y limpiarla para evitar accidentes. Solo con que la enciendas y no tire bien, ya puede liarse un buen desastre.
Aire acondicionado

El mantenimiento del sistema de climatización y de los aires acondicionados también es básico, por eso es importante hacer revisiones periódicas para prolongar su vida y evitar disgustos con el consumo. En el caso de la vivienda, todos los años se deben limpiar los filtros (no te puedes imaginar el polvo y la suciedad en general que acumulan) y hacer una inspección más a fondo cada 4 años. El sistema eléctrico de toda la casa tampoco está de más que se revise todos los años. Muchas veces se hace a la vez que se revisa la caldera y la instalación de gas. Por seguridad y para evitar reparaciones mayores, especialmente ahora que tenemos tantos aparatos eléctricos conectados a todas horas, no te confíes y pide a un especialista que le pegue un repaso. Un enchufe que se calienta o desprende un olor como a quemado (o a pescado) puede esconder un fallo que acabe cargándose la instalación entera (doy fe de ello). Así que mucho cuidado con esto.
Paredes y suelos

Es importante controlar que no aparezcan grietas en las paredes o fracturas en la base de tu casa, si es una planta baja. Son reparaciones muy urgentes que deberías solventar lo antes posible. Añadiendo al calendario anual esta tarea, descubrirás si hay humedades o filtraciones que podrás resolver antes de que causen costosos daños a la estructura y a la salud de tu familia. También deberías inspeccionar drenajes y canalones: es fácil que estén sucios o que tengan sedimentos de otras temporadas. Las conexiones deben también estar bien para que, llegado el caso de una tormenta (de invierno o verano), el agua corra y no tengamos que llorar pérdidas.
Mantenimiento exterior de tu casa

Tejas, cubiertas, pérgolas de madera, hay que revisarlas todos los años. Es fácil que en las paredes de la terraza descubras fallos en la pintura, rodapiés que se han separado. Si ves que alguna zona ha comenzado a desmoronarse, quizás sea un signo de que la humedad o el agua están afectándolas. Aprovecha también los meses de buen tiempo para inspeccionar el patio y comprobar que nada obstruye los sumideros de agua. La propia tierra de las plantas, algún plástico roto... puede provocar que el agua no evacue y se acumule llegando a provocar inundaciones. El asunto empeora si debajo hay una vivienda: humedades, goteras... En fin, ¡problemas!
Como os venimos diciendo, siempre es mejor llevar un plan de ahorro para pequeños proyectos y labores de mantenimiento, que pagar reparaciones costosas (y no solo desde un punto de vista económico). No es plato de buen gusto para nadie sufrir un reventón, descubrir una grieta que amenaza un muro, o que la caldera, en los días más fríos, falle. Y más sabiendo que si hubiéramos hecho el mantenimiento oportuno no hubiera pasado.
¿Y tú, también sueles hacer un mantenimiento anual de tu casa o esperas a que aparezcan las averías para actuar? ¿Se nos ha olvidado alguna revisión que consideres importante? Te leemos.