Cocinas modernas y diáfanas, con sus vajillas y cacharritos a la vista, o repletas de armarios blancos, lisos y sin tiradores que lleguen hasta el infinito y más allá. Una bañera exenta enorme para disfrutar del fin de la jornada o una ducha con chorritos que calme el estrés acumulado durante todo el día. Hay un montón de discusiones típicas en las sobremesas de decoradores e interioristas. Hoy las recapitulamos todas para que tomes parte y te decidas. ¡Estas son las 10 discusiones deco que nunca acaban en acuerdo!
#1. ¿Cocinas abiertas, cerradas o "conectadas"?

A favor de las cocinas abiertas -y comunicadas con el salón o comedor- están los que piensan que mejoran la comunicación, que son más prácticas y que además exprimen mejor los metros, especialmente en apartamentos o pisos muy pequeñitos.
Los que apuestan por las cerradas, en cambio, saben que su baza es un mejor control sobre el problema de la humedad, el desorden o los olores.
Nosotros vamos a ser muy neutrales y os vamos a proponer lo mejor de las dos. ¿Por qué no apostar por una cocina semiabierta? Te puedes servir de puertas correderas, paneles móviles, muros de cristal o incluso una combinación de hierro y cristal, ¡que ahora es de lo más top! Así disfrutamos de todos los beneficios de una cocina abierta que, llegado el caso, se puede cerrar. ¡Y aquí no ha pasado nada!
#2. ¿Minimalista o más tipo Pinterest?

Qué prefieres: ¿una cocina tipo Pinterest, con baldas abiertas y todo muy a mano? ¿O por el contrario eres de los que no soportan ni siquiera tener un salero a la vista? IKEA nos enseñó que una cocina puede ser “de revista” a pesar de tener muchos trastos. Pero es verdad que no es lo mismo la cocina de una exposición que la de una casa de verdad, sobre todo cuando hablamos de limpiar. Sin embargo, si la proyectamos desde el principio para aprovechar hasta el último hueco y la dotamos de una buena colección de armarios, la capacidad de almacenamiento se multiplica, igual que el orden. Mejor si la eliges blanca, o, en todo caso, de acabado mate y sin tiradores. Recuerda que la madera es muy bonita para la encimera, pero es delicada. Mejor elige Corian o Silestone, que se limpian con un simple bayetazo.
#3. ¿Práctica ducha o bañera con burbujitas?

Como decía la canción: “depende". Depende del espacio que tengas, de tu presupuesto y especialmente de tu estilo de vida. Los que están a favor de las duchas, sobre todo alegan el aprovechamiento mejor del espacio y el ahorro de agua. Ahora hay modelos de platos prácticamente planos que además incorporan unas puertas tipo híbridas, que ni son correderas ni batientes. Abren en paralelo para dejar más espacio dentro y fuera. Encima se les pueden poner columnas, efectos de luz, sonido ambiental, en fin… como en el gym pero en casa. Y los que prefieren bañera... ¿qué podemos añadir que no sepas? Con los nuevos modelos de bañera exenta, es casi un capricho de dioses. La mejor solución: ¡Ponte una de cada y según venga el día, te das una duchita rápida o un delicioso baño!
#4. Batientes versus correderas

Aquí la batalla suele ganarse en pocos minutos a favor de las correderas. ¿Qué ventajas tienen? Prácticamente todas. Son mucho más prácticas, te permiten aprovechar mejor el espacio disponible en las 2 estancias que comunican y, además, están de tremenda actualidad. Es verdad que una puerta clásica, especialmente con molduras y cristal, tiene un carácter fuerte y muy decorativo. Pero ahora, con las puertas tipo granero o las de cristal, incluso con los paneles móviles, la balanza se declina por estas soluciones mucho más originales.
#5. ¿Suelos de cerámica y madera o sus imitadores?

Los beneficios de la cerámica los conoces bien. Es para toda la vida, muy muy resistente y decorativa. La madera natural es espectacular. Uno de esos regalos que tu casa agradecerá porque le vas a sumar valor, si un día decides venderla. Eso sí, más de un dolor de cabeza te va provocar su mantenimiento, por no hablar de lo que pasaría si algún día entran obreros en casa y les tienes que hacer ponerse unas babuchas… Este es el principal motivo, aparte del precio, por el que los imitadores de unos y otros van ganando la partida. Los suelos laminados o vinílicos han ido comiendo terreno a los demás, por ser muy resistentes, fáciles de instalar, tener un parecido razonable con los materiales originales y sobre todo mejorar el precio del metro.
#6. ¿Alicatamos o qué ponemos?

Antes lo teníamos claro. Los baños y cocinas se alicataban de arriba abajo y no había discusión posible. O azulejo o mármol, de ahí no salíamos. Ahora, sin embargo, nos hemos dado cuenta de que en realidad no hace falta cubrir todas las zonas húmedas de nuestra casa con este material. En la cocina, por ejemplo, bastaría con ponerlo en las zonas calientes (ya sabes el frente de la vitro y el fregadero). Y en el baño, más de lo mismo: con cubrir la ducha y el frente del lavabo lo tenemos cubierto. Para las paredes restantes tenemos pinturas antihumedad o incluso la opción de forrarlo todo con microcemento (muy limpio y sin juntas). Pero es muy cierto también que la limpieza del azulejo es rápida, fácil e impoluta.
#7. ¿Obra seca u obra tradicional?

Cuando llegas a la conclusión de que tu cocina es de Cuéntame o que tu baño se parece al de Psicosis, entonces buscas a un interiorista o decorador para que te ayude a mejorarlo. Pero ¿qué es mejor? ¿Un lavado de cara o una reforma profunda? Los que apuestan por las profundas se defienden diciendo que sirven para sanear instalaciones de agua o luz y que pueden mejorar la distribución (y es una gran verdad), pero es que ahora se pueden hacer maravillas sin sacar un solo saco de escombro, como cubrir toda la cocina con microcemento o incluso pintar los azulejos para que parezcan nuevos. ¿Sabes que se pueden pintar los muebles de la cocina verdad? Me temo que aquí la última palabra la tiene el cliente y no el asesor.
#8. Amor/odio por los radiadores

Según tus gustos personales o el estilo de tu casa, un decorador te puede asesorar para que saques a relucir la belleza de tus viejos radiadores o, muy al contrario, los camufles. Si los dejas vistos, recuerda que pintarlos en otro tono les favorece porque les resta años y les va a dar estilo. Es importante hacerlo con una pintura especial para radiadores y eliminar el óxido previo si lo tuvieran. En cambio si lo que quieres es no verlos, es mucho mejor que encargues un mueble a medida que los haga desaparecer como por arte de magia. Desde las típicas celosías hasta otros modelos con lamas de madera perpendiculares.
#9. Ver o no ver cables, he ahí la cuestión

Todos queremos disfrutar de la mejor tecnología en casa, ¿pero qué hacemos con la instalación? ¿La ocultamos o la dejamos vista? Los fieles defensores del estilo industrial apostarían sin dudarlo por los tubos, cajas de empalme, enchufes e interruptores de metal totalmente vistos. Puedes fijar cables con cinta decorada tipo washi tape, hacer figuras geométricas con ellos o hasta exagerar su tamaño para hacerlos aún más decorativos. Sin embargo, los más puristas dirían todo lo contrario: serían capaces de tirarse de los pelos por ver un simple cable. Seguro que te recomendarían añadir un mueble de TV a medida que integrara una smart TV, su sistema de sonido y espacio extra de almacenaje. O incluso un par de paneles correderos que pudieran cubrir esa zona de discordia cuando no se está usando.
#10. ¿Ponemos persianas o contraventanas?

Antes de que todo el mundo tuviera persianas en casa, lo que generalmente se tenían eran contraventanas o fraileros. Sin embargo, al inventarse las nuevas persianas, mucho más resistentes y sin a penas mantenimiento, acabaron por derrocar a las preciosas contraventanas. Por suerte, ahora han vuelto a situarse en primera línea gracias a la mejora de la técnica (ahora son de PVC o metálicas) y su gran valor decorativo. Los interioristas más prácticos y minimalistas, sin duda, te recomendarán una ventana fija tipo pared de cristal, o una de aluminio con rotura de puente térmico protegida con una persiana de aluminio o PVC. Pero los nostálgicos seguro que te convencerían para instalar una de las nuevas contraventanas. Perfectas para aislar tu casa del frío, la lluvia o el viento, capaces de regular la luz y, además, insaciablemente decorativas.