Madrid, brillante, enérgica y fresca, sobrevive a los meses del verano. La ciudad rebosa de atractivo y emoción, y el paseo bajo los árboles y la sombra de los imponentes edificios compite ahora con otra percepción del centro: sus terrazas. Cada vez son más los que se asoman a las cubiertas para sacar el máximo partido de los valiosísimos metros cuadrados, y ganar en calidad de vida. Con este proyecto del arquitecto Mariano Molina Iniesta, nos acercamos a la cumbre para peinar el cielo. Con áticos así, ¿quién querría marcharse de vacaciones?
Fotografías de Miguel de Guzmán
En este artículo
- Perfil urbano a cielo abierto
- De luz y ligereza
- Entre fogones, holgura
- Sereno y equilibrado
- Blanco en panorámico
- Acabado natural
- Luz de tarde
Perfil urbano a cielo abierto
Empecemos desde arriba. Se trata de una intervención en un apartamento de dos plantas, siendo la superior una sala de estar alojada en un volumen sobre la cubierta del edificio. La intervención toma el tratamiento de la cubierta como uno de los aspectos más importantes, multiplicando el valor de la casa y ofreciendo la posibilidad de una vida volcaca hacia el exterior, a pesar de tratarse del centro de la ciudad. El pavimento de baldosa porcelánica con tratamiento antideslizante se extiende por todo el perímetro, rodeando el volumen superior a lo largo de tres orientaciones. Se aplica una tarima de madera para exteriores alrededor de la piscina y la zona en sombra, creando un recinto de carácter más doméstco y natural. La intervención se perfila con un arriate de cantos rodados donde crecen las plantas que se elevan a la altura del skyline de la ciudad.
De luz y ligereza
El interior bebe de la luz natural que inunda la casa. El descanso hacia la planta baja se realiza a través de una singular escalera, de estructura metálica y acabado de madera, sujeta por tensores anclados al forjado. El gesto revela el deseo de abordar el proyecto con espíritu innovador y marcada atención al detalle. El costado de la escalera se forra con paños de vidrio templado, persiguiendo siempre un interior claro y ligero, donde la vista circule a sus anchas.
Entre fogones, holgura
El vidrio marca también la transición hacia la cocina, una estancia amplia y oxigenada, que disfruta de la luz de la mañana. El interior se define con un diseño de líneas puras y cortes limpios, donde el blanco lo envuelve todo, salpicado de toques metalizados. El contraste se busca con la baldosa pulida del pavimento, y una magnífica encimera de granito, ambos de color oscuro. El resultado es un espacio sobrio, despejado, y lleno de luz.
Sereno y equilibrado
La estancia principal presenta un esquema abierto comprendiendo diferentes partes del programa. El perímetro queda definido por un amplio mueble-tabique que recorre la pared posterior, ofreciendo espacio de almacenamiento y abriendo el hueco de acceso hacia el resto de la vivienda. El diseño del mueble incluye baldas, armarios, e incorpora dos puertas correderas de gran formato. De esta forma, se alcanza la total apertura hacia la zona de la cocina, permitiendo la continuidad visual de extremo a extremo de la casa. El pavimento de madera brasileña de curupau cubre toda la superficie del suelo, convirtiéndose en el hilo conductor del proyceto. La intervención da forma a rincones singulares, como el volumen acristalado de la terraza del salón, ofreciendo un paisaje envolvente que participa del interior de la casa.
Blanco en panorámico
El dormitorio principal, una estancia serena y despejada, respira de la pureza y sencillez de formas aplicados en el resto de la vivienda. La envolvente blanca neutraliza la presencia de la madera del pavimento, interior del vestidor, o el cabecero a medida, consiguiendo una composición equilibrada y elegante. La estancia sin duda gana en dramatismo gracias a la relación directa con el exterior, a través de un amplio ventanal que recorre toda su fachada sur, y baña la estancia de luz natural. Los amplios ventanales de carpinterías correderas permiten las vistas ininterrumpidas de toda la terraza, y cuentan con un estor blanco que protege de la excesiva radiación solar, difuminando la claridad interior.
Acabado natural
Los baños desprenden claridad, seriedad y sofisticación. La intervención se sirve de decisiones contundentes y pulso firme, aplicando materiales en acabado natural, con gestos generosos. Los lavabos de pizarra esculpida son la joya de la estancia, sujetos por un robusto muebles de madera. El espejo se extiende de lado a lado, ampliando perceptivamente el volumen interior y aligerando la atmósfera.
Luz de tarde
De nuevo en la terraza, al caer la tarde, apreciamos la magnífica pieza realizada en alabastro, que completa el volumen de la estancia superior. Las placas de alabastro retro-iluminadas ofrecen una luz tenue que contrubuye a la creación del ambiente cálido y sereno que se respira en la terraza a esta hora del día. La paleta cromática de los acabados acompaña a los tintes del atardecer, que desde aquí, con estas vistas, es maravilloso.