El agua es un bien escaso y como tal tenemos que tratarlo. Si queremos cuidar el medio ambiente y mejorar el agua que bebemos y utilizamos, podemos adquirir algunos hábitos y tratamientos que nos permitirán no sólo mejorar su calidad, sino también ahorrar y reciclar. Lo más importante para conseguirlo es elegir el método más adecuado a nuestras necesidades. Este consejo es gentileza de los expertos en fontanería de Repaexpress.com.
En este artículo
Descalcificadores
El tratamiento del
agua se puede hacer a través de múltiples sistemas, cada uno con
sus características y su mantenimiento. Uno de los más solicitados
es el tratamiento de descalificación, que permite sustituir por
sodio, el calcio y el magnesio del
agua, dos componentes que lleva el agua y que, en cantidades
elevadas, resultan perjudiciales para la salud. Estos
descalcificadores funcionan mediante resinas intercambiadoras de
iones, de manera que las sales que se obtienen no se incrustan en las
tuberías. Este tipo de tratamientos resulta muy beneficios para la
caldera, la lavadora o el lavavajillas, por ejemplo.
Tratamientos de filtración
Por otro lado, nos encontramos con el tratamiento de filtración, que consiste en separar los componentes minerales en suspensión de un líquido mediante un sistema poroso capaz de retener las impurezas del agua. Hoy en día podemos encontrar una gran variedad de filtros en el mercado y deberemos elegir el que mejor se adapte a nuestras necesidades, especialmente teniendo en cuenta la dureza del agua a tratar.
Hay filtradores muy sencillos, consistentes en una simple jarra con filtro, capaz de tratar el agua de consumo inmediato. También hay otros más elaborados que, colocados en la toma del agua, previenen de problemas relacionados con el exceso de cal y los sedimentos, abarcando un espectro más amplio del recorrido del agua.
Para aguas blandas y medias se recomienda la jarra filtrante, el filtro de caño o el dispensador. El filtro de caño se coloca en la salida del grifo y sirve para eliminar el sabor del cloro y la cal. Suele tener una duración de entre tres meses y un año, lo que dependerá de aspectos como la frecuencia de uso o el número de miembros de la unidad familiar. Otra posibilidad es conectar un dispensador a la salida de agua, de manera que esta te llegue filtrada de forma continuada. Los hay para llenar vasos o con adaptador de botella.
Ultrafiltración
Por su parte, el tratamiento de ultrafiltración tiene una ventaja específica, que es la eliminación de bacterias, virus y sales, además de eliminar el sabor u olor que pueda tener el agua. Cuando lo instalemos nos servirá para todo un año y, dependiendo del lugar en el que esté situado o la dureza del agua a tratar, tendremos que utilizar algún sistema adicional para preservar las delicadas membranas que tienen como misión filtrar el agua.
Ósmosis
Por último, también encontramos en el mercado el tratamiento de ósmosis, el más eficaz de todos. Ósmosis es un proceso físico de suspensión de los elementos sólidos en los líquidos. Lo que hace este tratamiento es desalinizar absolutamente el agua y eliminar las bacterias, así como el sabor y el olor. La membrana es algo más duradera que en el tratamiento de ultrafiltración, llegando a durar dos años, y asegura agua de calidad, además de prevenir los problemas que surgen con los sedimentos en el sistema de tuberías. Este tratamiento es muy indicado para las casas con jardín.
Para agua dura y deuso continuado, se recomienda el sistema de ósmosis y ultrafiltración. Se instala en los fregaderos, directamente en la toma de agua. Este sistema filtra el agua en cuatro etapas y los cartuchos que incorporan pueden ser sustituidos cada seis meses, mientras que la membrana sólo hay que cambiarla una vez al año. En cambio, el sistema de ósmosis inversa es más eficaz, ya que filtra en cinco o seis etapas y elimina no sólo la suciedad, sino también los olores, los nitratos y los metales. Los filtros duran hasta dieciocho meses y las membranas hasta dos años. En cuanto a la distinción entre agua blanda, media, dura y muy dura; la diferencia fundamental reside en que las dos primeras tienen una baja concentración de minerales, mientras que la dos restantes son aguas cargadas de minerales, sedimentos y bacterias.
Analiza el agua
Si no sabes cuál es el agua que consumes, puedes hacerlo realizando algún test de dureza o un analizador de pureza. Este último es fácil de utilizar. Tan sólo tienes que recoger una muestra de agua en un tubo, verter la solución reactiva y comprobar los resultados. Por su parte, el test de dureza del agua se realiza metiendo una tira en un vaso lleno de agua. Hay que observar el color que aparece en ella y compararlo con el código de colores que viene en el test. Una vez conocida cuál es la tipología del agua podemos decantarnos por uno u otro producto, lo que se acercará más a nuestras necesidades.
hace 8 años
Doy fe que son muy útiles y un buen modo también de ahorrar, ya que te permite beber agua del grifo y no comprar embotellada. Lo recomiendo!
hace 8 años
Uff no sabía que existían tantos ¿alguien sabe cuál de todos da mejores resultados?