Decora tu casa con estilazo francés

Una de las primeras cosas que puedes hacer, es dejar que tu casa se vea seductora, atractiva, irresistible. Para ello, usa tapizados en tonos rosas o empolvados (¿te suena lo de La vie en rose?). Brillos dorados, detalles muy chic... Tendrás que imitar un look muy femenino, pero sin cursiladas. Debe parecer algo improvisado y muy fresco (incluso moderno). Hazte con alguna chaise longue y no escatimes en espejos. No se aceptan colores estridentes, pues romperían el equilibrio. Y si quieres sumar glamour, un poco de brilli brilli nunca está de más. 

Este salón es un buen ejemplo de cosas que puedes imitar en casa. Paredes con cuarterones de madera, un espejo que proyecte el conjunto, suelos de madera natural y alguna alfombra tejida.

Si te gusta ese aire francés, pero no el de la capital parisina, sino el de sus casas, chalets o bungalows de marcado estilo mediterráneo, entonces tienes que apostar por una casa de inspiración provenzal. Con suelos de piedra o ventanas y contraventanas de madera colorida. Jardines o terrazas muy cuidados. Madera de cedro, detalles en hierro y mucha porcelana blanca. 

Esta cocina nos recuerda a La Provenza francesa, con sus vigas de madera y sus suelos de barro. Esos ventanales con vistas al jardín, o sus muebles de aspecto rústico. ¿No os parece tremendamente bucólico?

Si lo que más te gusta del estilo francés es ese arte que tiene para hacer que lo viejo parezca deseable, entonces te puedes atrever a hacer un mix. La clave para que resulte acertado es ser precavido e ir de menos a más. 

En la foto, este salón tan pequeñito mezcla una viaja silla de brazos con sofás nuevos o unas singulares mesas auxiliares. La calidez la ponen esa alfombra de lana o las telas que se reparten por los sofás. 

Si hay algo que le gusta al estilo francés es parecer sofisticado, elegante, tremendamente interesante. Un ejemplo es este salón. Mezclaron unos sofás tipo chester con una mesita de los años 70 redonda. Estanterías de obra con molduras, una chimenea clásica, una cálida alfombra y unos inmensos ventanales. ¿Sientes la magia del conjunto?

Aquí, primero eliminaron la barrera visual que suponía una pared entre el comedor y la cocina. En su lugar, levantaron un tabique de cristal. Nos gustan sus cristales, sus cuarterones y la apuesta por el verde en la pared de la cocina y el contraste entre sus muebles blancos y esa mesa clásica oscura, tan a juego con los sofás tipo chester del salón. Aquí se presume de un marcado acento francés. 

Ya sabes. La guinda perfecta la pone un poco de dramatismo. Para lograrlo tienes un buen aliado, el color. Lo puedes representar en la pintura de las paredes, el mobiliario, los suelos o incluso en la apariencia de la cocina. Un color tan intenso sólo es recomendable si dispones de un buen chorro de luz natural. 

Aquí se mezcla mobiliario negro mate, con una encimera de mármol (lo que le gusta el mármol a todo lo francés). Paredes blancas con molduras y, de remate, una espectacular lámpara. Ya estoy imaginando sobre la isla de cocina unos crépes calentitos o un rico ratatouille. ¿Tú no?

Ya nos contarás si has cogido alguna idea para dar a tu casa ese "aire" francés.