El sorprendente antes y después de 5 cocinas

Los dueños de esta cocina, que no se había reformado en veinte años, decidieron llevar a cabo una renovación con la pintura como su única aliada. 

Todo, desde las encimeras de mármol rojo, los armarios de madera de roble, las baldas hasta la pared se bañaron de blanco mate. Estéticamente, la cocina necesitaba un cambio, pero, funcionalmente, los muebles estaban en perfecto estado. El no tener que renovar el mobiliario les hizo ahorrar en presupuesto, pudiendo invertir en pequeños detalles como unos nuevos tiradores. La forma más fácil y rápida de conseguir una estancia despejada es usar el blanco, que siempre es garantía de una visión limpia, amplia y luminosa. 

En este caso, la cocina contaba con una buena distribución, pero, se quiso dar un acabado más actual y funcional en cuanto a estilo y materiales. El verde de la pared se sustituyó por el blanco con un revestimiento cerámico, en las zonas que pueden sufrir más, y con pintura. 

Los armarios superiores se pintaron de blanco, fundiéndose con el fondo y resultando menos pesados compositivamente. Otros armarios superiores se sustituyeron por una zona de almacenaje visto con baldas de madera, que aportan un toque de color y dejan más espacio y protagonismo a la barra americana.

La encimera, se sustituyó por una nueva de cuarzo compacto, eligiéndose como colores principales el gris ceniza, para los armarios inferiores, y el blanco, para la encimera. El remate de color lo aportan los taburetes metálicos en amarillo. 

Después de una obra de seis semanas el resultado fue radical. Una cocina multifuncional en blancos, negros madera y toques industriales en acero inoxidable. El cambio principal fue la nueva distribución de la estancia que consiguió sacar el mayor partido al espacio. En este caso, se tiró el tabique que separaba la cocina de un pequeño pasillo y se ubicó la zona de cocina en el lado opuesto al que estaba. 

En esta cocina de dimensiones reducidas, los armarios de madera se llevaban el protagonismo y saturaban la estancia. Para generar un espacio más amplio y ligero se decidió prescindir de este material y renovar por completo la estética global de la cocina. 

La pared se conservó como estaba. El suelo se cambio dando paso a la calidez de la madera. Los armarios se pintaron en blanco y se cambiaron los tiradores dando un toque sofisticado del acero que complementan a los nuevos electrodomésticos. Esta cocina tenía la suerte de contar con una buena iluminación natural que, ahora, recorre toda la estancia gracias a la presencia del blanco. 

Los nuevos inquilinos de esta casa se encontraron con un reto aparentemente imposible cuando quisieron reformar la cocina de su nuevo piso. Pero esto no les echó para atrás y gracias a una reforma integral consiguieron un resultado final en el que no queda ni rastro de aquella cocina anticuada. 

El primer paso fue pensar en la mejor distribución. Se tiró un tabique entre esta estancia y el comedor abriendo el paso a la luz natural. El objetivo de generar un espacio más luminoso y amplio se complementó con el blanco para las paredes, a excepción de una de ellas que se pintó con pintura de pizarra. Para el suelo se continuó con la elección del resto de la casa, se escogió la calidez de la madera, que junto al blanco dan un resultado nórdico

El blanco también está presente en los armarios inferiores acompañados, de nuevo, por la madera para la encimera. Como apoyo de almacenaje y zona de trabajo se instaló una mesa en tono gris a modo de isla.