Hacer una reforma en casa es un cóctel de ilusión, nerviosismo y estrés al mismo tiempo. Por un lado, está la emoción de saber que tendrás una casa renovada, más bonita y adaptada a tus necesidades. Por el otro, hay que lidiar con el estrés que conlleva organizarlo todo, además de hacer frente a las molestias que la obras ocasionarán durante unos días o semanas. No te preocupes, sigue estos 7 consejos y verás cómo superas con nota tu primera reforma.
En este artículo
- 1. Tener claras tus prioridades
- 2. Buscar profesionales cualificados y pedir al menos 3 presupuestos
- 3. Pacta por escrito una fecha de final de obras
- 4. No lo pagues todo por adelantado
- 5. Tramita las licencias necesarias y avisa a tus vecinos
- 6. Averigua si tu comunidad autónoma concede ayudas
- 7. Ten paciencia (o busca alternativas)
1. Tener claras tus prioridades
Lo más importante a la hora de plantearte una reforma es tener claro lo que quieres conseguir. No es lo mismo reformar solo un baño, que una reforma integral, no obstante, tus prioridades deben estar siempre claras. ¿Quieres una reforma tradicional?, ¿prefieres optar por la obra seca para recortar tiempos de ejecución y presupuesto? ¿Hay que modificar la distribución de la vivienda? ¿tienes claros qué materiales y revestimientos quieres poner?
Así que siéntate y piensa, porque solo teniendo claras tus prioridades podrás trasladarle a los profesionales qué quieres y cómo lo quieres.
2. Buscar profesionales cualificados y pedir al menos 3 presupuestos
Es un consejo clásico pero, lamentablemente, aún hay personas que no lo aplican y luego tienen que lamentar chapuzas o sobrecostes. El precio es importante pero lo es más contratar a profesionales con garantías y buenas referencias. Básicamente porque, a veces, lo barato sale caro.
Dicho esto, la recomendación general de todas las asociaciones de consumidores es pedir un mínimo de 3 presupuestos para comparar. Ya sabes que esta es nuestra razón de ser, ¡así que no dudes en consultar a nuestros profesionales!
3. Pacta por escrito una fecha de final de obras
Siempre puede haber contratiempos comprensibles, pero no tienes por qué asumir los sobrecostes de una reforma que se prolonga excesivamente por causas injustificadas o de las que no eres responsable.
Para ganar en tranquilidad y transparencia, una vez escogidos los profesionales y cerrado los presupuestos, pacta con ellos por escrito una fecha de final de obras, que tenga un cierto margen de maniobra, pero que una vez superado, si se excede, conlleve una penalización económica para el profesional.
4. No lo pagues todo por adelantado
Generalmente, las empresas de reformas piden un adelanto para la compra de los materiales que ronda el 30% del coste total presupuestado. Pero nunca, nunca, debes pagar el valor completo de la reforma hasta que esté terminada y hayas comprobado que se ha cumplido con los trabajos solicitados y todo está perfecto. Resérvate un último pago como garantía y guarda todas las facturas.
5. Tramita las licencias necesarias y avisa a tus vecinos
Por norma general, se necesita el permiso del ayuntamiento para hacer obras en una vivienda. El consistorio lo que hace es otorgar distintas licencias en función de las características de la obra. Y para ello, hay que presentar determinados documentos y pagar unas tasas. Las principales licencias son:
- De obra menor: reformas sencillas que no modifican la estructura de la vivienda ni su uso habitual. Por ejemplo: pintar paredes, cambiar el suelo, renovar los alicatados, etc.
- De obra mayor: reformas que afectan a la estructura de la vivienda (eliminación de muros de carga, creación de huecos en fachada, eliminación de pilares, etc.), que aumentan la superficie (construir una nueva planta) o cuando la reforma es para cambiar el uso principal del edificio o las condiciones de habitabilidad.
- Enterado de obras: varía según cada ayuntamiento. Son aquellas reformas pequeñas que no requieren permisos especiales y simplemente se comunican al Ayuntamiento para su conocimiento.
Paralelamente, tendrás que avisar a la comunidad de vecinos, si la hubiere, por norma y por cortesía.
6. Averigua si tu comunidad autónoma concede ayudas
Algunas comunidades autónomas ofrecen ayudas o subvenciones para aquellas personas que hagan rehabilitaciones de viviendas u obras de mejora, que incrementen la eficiencia energética del inmueble, por ejemplo. Si vas a meterte en un proyecto de estas características, no pierdas la oportunidad de recibir una subvención por ello. ¡Infórmate!
7. Ten paciencia (o busca alternativas)
Según el tipo de reforma que hagas, vas a necesitar tener paciencia. Porque es más que probable que las obras afecten a tus rutinas diarias. Habrá personas entrando y saliendo de tu casa, polvo, ruido, quizás necesiten cortar el agua o la luz en momentos puntuales, etc. Por no mencionar las sorpresas o imprevistos que pueden aparecer durante el proceso. Si crees que no lo podrás soportar o tus quehaceres te impiden convivir con media casa en obras, ¡busca familiares o amigos que te puedan acoger temporalmente!
hace 7 años
Una reforma es siempre una reforma, trastoca y puede ser incómoda. Aún así, buenos consejos, sobre todo el de la paciencia jajaja.
hace 6 años
Han sido muy buenos consejos para reformas futuras
hace 6 años
Buenos consejos, las reformas siempre llevan lo suyo, por pequeña que sea.